Hablo sola. Soy una de esas tantas personas que habla consigo misma.
Aunque me tachen de loca, no me averguenza decirlo. Porque, como decia don
Antonio, "quien habla solo espera hablar a Dios un dia".
Soliloquios que brotan espontaneos de lo mas hondo del alma. Descubrimiento
total de lo mas intimo de uno mismo. Al aire quedan los pensamientos, las
dichas y quebrantos. Y hablo sola. Claro que si. Cuando todos duermen. Cuanto todos buscan
el descanso y el dios Morfeo acoge en sus brazos al cansado. Grandes deseos
de conversar se apropian de todo mi ser. Y en la soledad de las sombras
encuentro ese amigo leal y paciente que, dia a dia, me escucha
silenciosamente. Conversando con e1, mientras le cuento lo bueno y lo menos
bueno, siento que el sueno, lentamente, me va venciendo. Sus invisibles
brazos me envuelven, invitandome a dormir. Despues de tanto tiempo, ya no me parecen soliloquios sino dialogos
conmigo misma. Poder confiar mis frustraciones, mis suenos imposibles y todas
esas cosas que, de puro intimas, que jamas escucharon oidos humanos. Solo ese
amigo que mi propia soledad ha forjado con el paso del tiempo. �Evasion? �Demencia? No lo se. Solo se que son soliloquios en la
oscuridad. Madrid, 13 de enero de 1984 |
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