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LA CIUDAD DESIERTA

Aquella tarde noche, Montse arribo a su casa, muy cansada. Mejor dicho, mas que cansada �la jornada habia sido de ordago� venia crispada. Por eso, cuando llego, lo primero que hizo fue soltar el bolso y las llaves donde le vino a mano, ir a la nevera por una cerveza, encender la tele y acomodarse en el sillon, mientras encendia un cigarrillo.

Puso los pies sobre el sofa y miraba, distraida, la caja tonta. En esos momentos, habia un documental sobre los pueblos abandonados de ambas Castillas. La voz en off iba narrando una serie de acontecimientos que, a lo largo del tiempo, produjeron tal fenomeno migratorio. Montse no prestaba mucha atencion a lo que se decia, sino mas bien a las imagenes.

Aquellas calles tan solitarias y donde, antano, habria gente moviendose de un sitio a otro. Los edificios, comidos por el mismo abandono, muriendo lentamente. Ni un coche, ni una moto, ni un autobus... Nada. El silencio mas absoluto. Solo el ruido de los animales.

�No me caera la breva de que Madrid un dia amaneciera asi, sin nadie. Que el silencio se haga amo y senor de este castigo cotidiano. Que los grandes almacenes, que la Castellana, Gran Via, Alcala, M�30... no hubiera ni un coche, ni un camion, Seria maravilloso! En fin, �suspiro� sonar es gratis.

Espero las noticias, y tras enterarse de lo que sucedia en el mundo, se hizo algo de cena y, tras un poco de sobremesa, se fue a dormir.

*** ***

A la manana , sono, puntualmente el despertador. Montse se sobresalto. Tras abrir, trabajosamente, los ojos, se desperezo a la vez que soltaba un soberano y sonoro bostezo. A fin de cuentas, para eso vivia sola.

Con los ojos cargados de sueno, hizo la correspondiente visita al WC. Despues, se dirigio a la cocina. Se preparo su cafe con leche �droga mananera, que le hacia despertarse� y una tostada. Miro el reloj, distraidamente. Aun tenia tiempo, aunque no iba muy sobrada. Volvio al WC, se lavo los dientes y tras terminar de asearse, salio de la vivienda.

El ascensor la llevo directamente al aparcamiento. Anduvo unos metros. Vio el coche de Adela, cosa que no le extrano demasiado:

�Esta pendejo se fue ayer de juerga... y se le han pegado las sabanas... Como ella es su propia jefa...! Que suerte tienen algunas!

Llego donde su propio vehiculo. Entro Le quito el antirrobo. Lo puso en marcha, y se dispuso a salir. A medida que iba subiendo plantas �su plaza estaba en el tercer sotano� observo que habia mas vehiculos de los habituales, a esas horas.

Siguio su camino. Por fin, llego a la puerta de salida. Se abrio y... una cosa es poca gente, pero otra es no encontrar absolutamente NADIE. Ni sobre ruedas, ni andando... Ni al senor con el perro, la senora con la nina, al chico de la moto... Por decir, ni al borrachin que dormia en el banco, que a esas horas JAMAS estaba despierto. El bar de enfrente cerrado a cal y canto. El otro de mas arriba, igual. Consulto un pequeno calendario del coche: martes 10. Ninguno de los locales tenia en teoria el dia libre. Pero sobre todo, lo que mas le llamaba la atencion, era la ausencia de gente.

Maquinalmente encendio la radio. Nada. Movio el dial. Cambio a Onda Media. Nada. Silencio.

� Que demonios pasa aqui...! Ni que a todo el mundo se le hubieran pegado las sabanas...! �consulto su reloj de pulsera: las ocho de la manana� Que barbaridad...! Ni que fuera primero de Enero, y estuviera el personal durmiendo la cogorza de la Nochevieja...

A medida que iba avanzando por la avenida �habitualmente superpoblada a esas horas� la extraneza se convertia en aprension y la aprension en miedo. Aprovechando el rojo de un semaforo �porque eso si, no habia un bicho viviente en las calles, pero los semaforos, funcionaban todos� observo ventanas y balcones: persianas cerradas. Ni rastro de vida. Nada que delatara una huella de un ser vivo.

Una idea empezo a rondar por su cabeza. Desde la proxima cabina que encontrara, llamaria por telefono a alguien. Al 093, por ejemplo. Asi lo hizo. Enseguida, una cabina. Aleluya...! Contestaron. Animada, llamo a Fede, para darle un recado... Pero, ay, nadie contestaba. Llamo a Marga. Tampoco contestaron. Miro por los cristales de la cabina: nadie.

Regreso al coche. Con mas miedo que verguenza, siguio su camino. Por fin llego al trabajo. En todo el trayecto, no vio no ya a ninguna persona, sino tampoco a ningun animal: ni perros, ni gatos, ni palomas... nada que tuviera vida propia. La puerta de la empresa tambien estaba cerrada, como todas las puertas de todos los edificios. Pedro, que es quien siempre abre, no habia llegado. Ni Pedro, ni Carlos, ni Marta... Y, por la hora, ya tendrian que estar ahi. Con la vista, busco el coche de Carlos. No estaba. Decidio esperar dentro de su propio automovil.

Volvio a encender la radio. Nada. Ni siquiera ruidos de fondo. El mas absoluto de los silencios. Saco un cigarrillo. Bajo la ventanilla. De la guantera, saco un libro. Empezo a leer. No se trataba de un gran libros, pero si era entretenido.

Y tan entretenido, que cuando Montse levanto la vista, eran las 10 de la manana. En la calle, ningun cambio.

De estar, tanto tiempo sentada, a Montse ya le dolia hasta el ultimo musculo de su cuerpo. Salio del vehiculo. Empezo a caminar, dando una vuelta a la manzana.

�Donde se habian metido cinco millones de personas, que ademas emigraron a pie, pues todos los coches estaban aparcados? Se paro en una esquina. Miro hacia las distintas ventanas.

�Cuando el 14 D, con la huelga general, habia mas gente. Por lo menos, los duenos de los perros sacaban a los chuchos a pasear. Hoy, ni eso.

Siendo una adolescente, su amigo Leo le enseno a silbar. Largo y agudo silbido. Solo el eco. El silencio era absoluto. Tan absoluto que, sinceramente, sintio cierto vertigo. Asustada, pero sin correr, acelero el paso, volviendo a donde estaba su vehiculo.

Era evidente que algo tenia que haber ocurrido durante la noche, y que ella, profundamente dormida, ni se entero. Algo, si, pero �que? No habia centrales nucleares proximas, que hubieran provocado un escape de radioactividad. El suelo si temblo, desde luego habia sido muy leve. Si ayer mismo Madrid era un caos completo, �que habia ocurrido para que la gente hubiera dado la estampida... y andando?

En cuestion de segundos, por la cabeza de Montse pasaron mil motivos, a cada cual mas disparatado. Miro al cielo. Totalmente azul. Ni una nube. Ni un gorrion. Ni una paloma. Le dieron ganas de gritar. De gritar hasta quedarse ronca. De pronto, sintio algo sobre su hombro. Giro sobresaltada. Una hoja seca.

� Es que no hay nadie...! �aullo. Y el eco repitio "Nadie... nadie...".

Al miedo, le iba sucediendo el panico. Aquella soledad le llenaba de angustia. Acelero el paso, y llego por fin donde el coche. Miro su reloj. Las once de la manana.

Quiso ser positiva. �Que hacer? Era la unica persona en todo Madrid. Reina y senora de la Villa y Corte. Bueno, habia que matizar un poco: Reina y senora de las calles, plazas y avenidas de Madrid. Porque comercios de todas clases, portales, viviendas... todo estaba cerrado a cal y canto.

Sin ninguna prisa, empezo a rodar por el asfalto, mientras canturreaba una cancion. En realidad, era una forma de darse valor a si misma, y, sobre todo, evitar el pensar. Pretendia, a toda costa, tener las ideas claras. Resultaba muy dificil no dejarse llevar por el miedo. Miro el reloj de Gobernacion: las 12.30.

�Fantastico... �musito en voz alta, con un tono de ironia y sarcasmo.

*** ***

Serian cerca de las dos del mediodia, cuando de pronto ocurrio algo. Al doblar una esquina hubiera jurado haber visto los pilotos traseros de otro coche. Por unos instantes se quedo sin reaccion. Acelero. Al poco, lo vio de nuevo. Toco el claxon. El otro coche no se paraba. Montse acelero y nuevamente hizo sonar su propio claxon. Efectivamente, el automovilista se paro. Montse puso su propio vehiculo a su altura, con una sonrisa de esperanza reflejada en sus labios. El hombre se volvio...

Aquel rostro... no era humano... Resultaba terriblemente indescriptible. Sus pupilas brillaban amenazantes. Sus labios se abrian, mostrando un rostro torvo. Montse sintio un escalofrio correr por su cuerpo. El hombre, o lo que aquello fuera, abrio la boca, emitiendo un gran rugido, mientras hacia ademan de salir del coche. Aterrada, Montse arranco y se alejo. En su loca huida, atraveso varias calles. Queria poner tierra por medio entre ella y aquella vision.

� Dios, que vision...! exclamo para si.

Estaba segura que no le seguia. Miro por el retrovisor. Se le erizaron los pelos. A paso lento, iba acercandose. El coche freno tras el de ella. Se abrio la portezuela y salio el hombre. Montse cuando se quiso dar cuenta, estaba dando unos suaves golpes en el cristal de su ventanilla, haciendo senas para que lo bajara. Montse abrio una rendijita de nada. El hombre empezo a decir algo, que Montse no alcanzaba a oir. Abrio un poco mas, como una cuarta, la ventanilla. En ese momento, el hombre se abalanzo sobre ella, sacando un cuchillo de monte de grandes dimensiones. Montse grito aterrorizada. Piso el acelerador y salio huyendo a toda velocidad. En su frenetica huida, no reparo que el vehiculo la seguia.

En su desesperacion, preguntas y mas preguntas se agolpaban en su mente, Gritaba. Gritaba. Corria. Por dos veces, a punto estuvo de estrellarse. Solo dos personas en todo Madrid: ella... y el, que habia querido asesinarla. �Seria acaso el motivo de que no hubiera nadie en todo Madrid? Es decir, en una sola noche �habia acuchillado a cinco millones de personas?

La sola posibilidad de que algo asi hubiera podido ocurrir, hizo que el vello se le pusiera de punta. Pues ya no se trataba de un asesino, sino de una maquina de matar. Y hasta que no acabara con ella, no pararia.

Madrid, saturado o vacio, es muy grande y lleno de recovecos y escondrijos. No podia ser dificil dar esquinazo a semejante elemento. Se hallaba proxima a la Casa de Campo.

Entro. Anteriormente, habia estado varias veces. Pero solo conocia el camino al Parque de Atracciones. Por lo demas, como si fuera nueva en esta plaza. Miro por el retrovisor. Nadie. No obstante, escruto en la distancia. Decidio esconder el coche tras unos arboles. Y esperar.

Sin salir del automovil, escruto detenidamente los cuatro puntos cardinales. Gozaba de un buen punto de observacion, Intento poner orden en sus ideas. Pero, la verdad, era muy dificil: no habia ocurrido nada que mereciera el calificativo de normal.

�Si, al menos, supiera quien es el tio del cuchillo... Desde luego, le patinan los enanos. Ya es mala suerte, caray, que el unico ser vivo sea un tio pirado. Que el muy c... tiene la tonta intencion de mandarme para el otro barrio, y una es muy joven para morir, asi, porque a un tiparraco le de por ahi. Claro que tampoco es plan el andar toda la vida esquivando al susodicho. Deberia hacerle frente... Pero esta como mas cachas que yo, y gasta una nina de Albacete que cualquierilla intenta nada...

Estaba imbuida en tales pensamientos, cuando una voz masculina sono cerca de ella. Giro la cabeza sobresaltada. El mismo de antes...! Sin pensarlo dos veces, Montse arranco de nuevo el vehiculo.

� Frene, frene, senorita...! �gritaba el hombre, corriendo tras el vehiculo� He de advertirle de algo...!

� Ya he visto antes tus intenciones! Y no me gustan un pelo! �grito a traves de la ventanilla.

En el rostro del hombre se dibujo la sorpresa. Tras una breve vacilacion, torno a intentar frenar, con redobladas energias, a Montse. Esta volvia a esquivarle una y otra vez. El hombre no cejaba en su empeno.

� Senorita! �clamaba� Ese no era yo, era mi hermano gemelo... De eso queria advertirle. Esta loco y su locura le lleva a matar... Debe creerme...! Si yo fuera el, �cree que me jugaria la vida para avisarla? Tambien mi vida corre peligro. Ha de decirme donde lo vio la ultima vez... Es lo unico que quiero saber...! Digamelo, y me ire, se lo juro!

�Calle Bailen, por ahi...

��A que altura?

�No sabria decir...

�Es igual, estara dando vueltas por esa zona...

��Donde va?

�A la calle Bailen, a buscarlo...

El hombre se alejo. Montse lo siguio con la vista. Fue a unos cien metros, y alli tomo una moto de gran cilindrada, y que arrancaba.

�Entonces, es verdad lo que decia...

Llevada por la curiosidad, partio ella tambien. Mantenia una prudente distancia. Presentia la que se avecinaba. En el enfrentamiento, era seguro que alguno sucumbiria... y era preciso que ese fuera el loco. Y si el de la moto iba a jugarse la vida por si mismo, tambien, de alguna forma, lo hacia por ella. y, en consecuencia, no estaba de mas que lo ayudara en lo que pudiera.

Salieron de la Casa de Campo. En ni idea que avenida, Montse diviso la moto, caida en el suelo. Redujo la velocidad, casi, a minimos. Examino una a una todas laas bocacalles.

De repente, escucho, no demasiado lejos, un estruendo de cristales. Con mil precauciones, se acerco, siguiendo a su oido. Al volver una esquina, encontro a los dos hermanos enzarzados en una pelea salvaje. El de la moto estaba ensangrentado. El loco debio perder, en el fragor de la lucha, su cuchillo de monte. Contendian con las manos, a base de fortisimos punetazos y terribles patadas. Cada golpe, era con la intencion de acabar con el contrario de una vez.

A todas luces, el loco llevaba las de ganar. Con ambas manos unidas, lanzo un golpe de maza contra su hermano, que lo tiro al suelo sin sentido. El loco, con un brillo siniestro en los ojos, lo levanto como si fuera una pluma, poniendolo contra la pared. Ahi fue espantoso. Con la mano libre, le tomo de los pelos, y una y otra vez, golpeaba su cabeza contra el muro, hasta que la sangre mancho la pared. Al cabo de varios de esos golpes, duramente secos, le solto yendo a caer, sin fuerzas, pesadamente, al suelo. Un bestial grito de alegria salio de la boca del loco. Grito que provoco un escalofrio en Montse, que se hallaba oculta tras una furgoneta. El paranoico dio un salto animal y se alejo corriendo.

Montse, tras asegurarse de no ser vista, se acerco al herido. Aun respiraba... y con una debil voz, le aconsejo:

�Vayase... Volvera... Volvera... Vayase...

�Pero, no te voy a dejar solo... �objeto ella.

�Vayase... �y exhalo su ultimo aliento.

Montse no pudo evitar que se le humedecieran los ojos. Cerro los ojos del hombre y dejo al ya cadaver suavemente sobre el asfalto. Por unos instantes, se le quedo mirando.

�Gracias por intentarlo. Descansa en paz...

Cuando se disponia a alejarse en direccion al coche, escucho tras de si una respiracion forzada. Era el fratricida, que habia encontrado el cuchillo de monte, y ahora lo blandia contra ella, en actitud mas que amenazante. Con el espanto reflejado en sus ojos, Montse salio corriendo calle arriba. El feo corria tras ella, a grandes zancadas, con el cuchillo en alto.

Tras correr varios metros, vio abierta un local que parecia un parking. Apreto el paso y se oculto tras una columna, sin perder de vista al loco asesino, que entraba tambien y se habia parado buscando donde se podia haber escondido. Montse, inconscientemente, retrocedio. Sin querer, su pie tropezo con algo que hizo sonar una alarma, semejante a un timbre.

Aquel timbre maldito iba a hacer que ese tio loco la descubriera...! Tenia que callarlo como fuera! Desde su escondite, busco por donde sonaba la alarma maldita. El caso, que venia de su derecha, pero no veia nada que pudiera ser la alarma... Echo una ojeada al hombre... Venia hacia ella! La habia visto! Quiso huir de nuevo, pero sus piernas se negaban a obedecer. Grito... Grito... Ya estaba encima de ella...!! Grito!!

Montse abrio los ojos. Miro a su alrededor. Estaba en su habitacion, sudorosa. Sonaba el despertador. Respiro profundamente. Aun notaba como el corazon latia fuertemente dentro de su pecho. Se levanto y fue hacia el WC. Por el camino, recordaba el sueno:

�Lo malo de las pesadillas es que suelen ser una sublime chorrada cuando los recuerdas despierta, pero es un realismo total... Que mal...!

Al regresar, puso una radio. En ese momento, daban noticias. Medio dormida aun, musito:

� Viva la madre que te pario, tio!

A traves del cristal de la cocina, vio pasar un gorrion.

� Que mono...! Como vuela...!

Una luz de la vecindad, se encendio.

� Uf...! Hay gente en esta ciudad de mis entretelas...

Desayuno y cuando ya estaba lista, bajo al aparcamiento. Se encontro con un vecino, muy borde el, a quien saludo muy efusiva. En el aparcamiento, vio plazas que estaban vacias. Incluso escucho el motor de un coche que se alejaba. Busco el de Adela, no estaba. Pocos minutos despues, salio ella del aparcamiento. Puso el autorradio. Una entrevista con... daba igual quien. Y en la calle, el senor del perro y la senora con la nina, camino del colegio.

Alcanzo la avenida. El mismo lio de trafico de cada manana. Bajo la ventanilla, y al automovilista mas proximo, le grito:

� Hola, majete! Que bien me caes, tio!

El hombre se quedo perplejo, y sonrio.

� Viva Madrid, que es mi pueblo, y sus bochinches diarios!

Al cabo de media hora, llego a su trabajo. Como de costumbre, imposible aparcar. Vio que Pedro ya habia llegado, y que Carlos llegaba en ese momento. Se hicieron una sena con las luces, a modo de saludo. Por fin, tras varias vueltas, lograron estacionar los coches. Eso si, a tropecientos metros de donde iban.

� Que barbaridad...! A este paso me veo comprando un patinete para ir donde dejo el coche...! Esto del trafico me trae loco �exclamo Carlos.

�Si hubieras sonado lo que yo, te pareceria lo mejor del mundo...

��Que has sonado...?

�Que Madrid amanecia vacio, sin nadie en ninguna parte...

� Eso seria la gloria...!

�No creas, no tan gloria... �y reparando en el diario que llevaba Carlos, pregunto:� �Que noticias trae?

�Toma, echale una ojeada... pero dejame el crucigrama.

Montse tomo el periodico. Miro por encima los titulares. Y cuando llego a la seccion de Madrid, lo que leyo helo la sangre en sus venas:

Demente peligroso huido del psiquiatrico de Ciempozuelos.

El hombre de la fotografia, de unos 34 anos de edad, que responde a las iniciales de J.R.M., huyo ayer tarde del psiquiatrico de Ciempozuelos. Es muy peligroso. Las ultimas noticias le situan como presunto autor del robo de un coche y de la muerte de su hermano gemelo, A.M. Segun el propietario del vehiculo, iba armado con un cuchillo de monte de grandes proporciones. La Policia Nacional esta buscando tambien a la joven que, segun todos los indicios, parece que fue testigo del criminal acto. Fue visto J.R.M. por ultima vez por la zona de la calle Bailen. Se ruega que quien lo vea avise a la Policia, al 091.