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A
puerta cerrada, lejos
del ruido infernal, respirar
el hondo silencio de la
callada alborada. A
puerta cerrada, apartada
del mundo hostil, apurar
el vaso del sentimiento de las
horas apacibles. A
puerta cerrada, confundida
con las sombras, compartir
el inmenso Universo de
boveda estrellada. A
puerta cerrada, refugio
de suenos y quimeras, escuchar
al viento hacerse cancion que
unos labios musitan. Madrid, 30 de noviembre de 1989 |
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