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Quiebra la voz de tu
recuerdo los mil silencios de la
madrugada, alzando clamores
recuperados de
tiempos preteritos. Ecos que repite el
corazon saltando su espuma al
infinito, olas que estrellan su
potencia contra
las paredes del ayer. Sangre que nubla la
vision en manso rugido
imperceptible, rondando soledades y
amarguras que
aun golpean con sana el alma. Lluvia aterciopelada de
ensuenos en el alba de un otono
amante, rueda imparable de fuego que
abrasa sin consumir. Mundo
de pasiones desatadas que
estremece y hace temblar, universo
desaforado y loco de
muerte y de vida. Tu recuerdo: alado deseo que me roba la calma y en el silencio de la
noche me
hace llorar. Madrid, 24 de septiembre de 1983 |
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