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XXXIX. UNA ESTRELLA VA LLORANDO
En la noche que va naciendo, perdida en su profunda tristeza, una estrella va llorando su pesar. Un estrella, clara y brillante, otrora feliz y dichosa como ninguna, hoy tiene un dolor que la martiriza. Buscando esta la soledad absoluta, donde nadie escuche su lamento, donde nadie pueda ver su amargura. Pobre estrella solitaria...! �No ves que las piedras jamas podran darte consuelo alguno? Pobre estrella solitaria...! �No ves que tus sollozos no encuentran respuesta en la noche? Pobre estrella solitaria...! �No te das cuenta, acaso, que no me resultas indiferente? Madrid, 24 de enero de 1996 |
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