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Fuimos dos corazones que por el mundo vagaban en
busca del amor y el calor. Fuimos dos sombras que flotaban en la umbria en
medio de suspiros. Fuimos dos almas solitarias que, sin saber la una de la
otra, estabamos
buscandonos. Somos dos sonadoras que juntas caminan por
un sendero de estrellas. Somos dos vencidas ayer que hoy dan por bueno todos
los sufrimientos pasados. Somos dos que miran al futuro �con renovadas esperanzas y
sin recordar el preterito. Madrid,
21 de diciembre de 1995 |
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