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II.
SOMBRAS
Sombras de dudas y celos amenazan la manana azul de tu amor claro y limpio. Nubes que amagan tormenta y apenas dejan pasar al sol de la sinceridad y confianza. Vendaval que se alza
tempestuoso arrastrando en su loca
carrera horas inolvidables junto a ti. Rayos de dolor que surcan el
cielo, con un brillo de muerte
cierta en el fondo de tus pupilas. Truenos que rompen con su
bramido la
quietud de la tarde dormida abren una gran herida en el alma. Lluvia
intensa que empieza a caer formando
pequenos y claros torrentes que por las mejillas descienden.
Son
sombras, sombras nada mas, que
tu larga ausencia deja en mi, hasta el dia en que regreses. Madrid,
1 de Septiembre de 1995 |
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