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Del sol en su cenit recibo clara luz. Vaciando el� tiempo pasado en un hueco perdido de la adolescencia lejana, mi corazon se estremece de gozo recordando la noche pasada junto a quien
tanto quise� En el silencio de la habitacion revivo con intenso placer las horas
transcurridas. Ensuenos que embargan mi ser. En mi memoria reciente la siento� Con voz calida me dice que siempre me
recordara. Canta canciones de la noche y la manana, mujer hermosa. Suena mi alma senderos perdidos, donde antano buscaba una hermosa flor para entregarte. Mas cuando abri los ojos vi que la mas bella flor a mi lado la tenia. Y esa flor eras tu, mujer. A orillas del lago, una tarde me sente. Y mientras la tarde su ocaso iniciaba, absorta contemplaba aquel bello paraje. Las voces de mis amigos sonaban lejanas, distantes. El murmullo de la brisa llenaba el silencio de aquellas hora. Paz� Grandiosa paz� De pronto, de las profundidades de la tarde, en un arrebato de poesia, surge tu figura, plena de dinamismo. Parece como si la brisa la hiciera danzar. Vuelco de juvenil corazon con la sangre ardiente. Pasion que se desata ante la luminosidad que tus pupilas irradian. En el silencio del agonizante dia, cual si de un espejismo se tratara, iniciamos unos bailes� Tomo tu cuerpo de espiga. Nadie es tan dichosa. Caminamos juntas, borrachas de ternura, por la orilla del lago. La tibia luz del sol poniente danza tambien con nosotros� Cancion de la tarde que viaja con el viento, entre encinas y enebros, camino de la llanura. La miro fijamente. Escruto el fondo de sus ojos; ojos de mirar limpio y sereno como las mansas aguas del lago. El airecillo de la tarde nos envuelve a las dos. Un suave aroma de rosas embriaga la zona. Volcan de pasion que enciende fuego en todo mi ser. Alma repleta de vida que, como si de un aguila se tratara, despliega sus alas para seguir a una golondrina. Pero el aguila no pretende hacerte dano. Es una enamorada que vuela tras tu amor. |
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