San Lorenzo de El Escorial, también llamado El Escorial de arriba, es un pueblo situado a unos 50 kms. de Madrid, por la A6 o carretera de La Coruña, en la falda de Abantos, perteneciente a la Sierra de Guadarrama. Este pueblo tiene como principal atractivo turístico su Monasterio, mandado levantar por Felipe II en honor a San Lorenzo, pues un 10 de agosto de no recuerdo que año, venció en San Quintín al de Pavía. Cuentan que, cuando estaba creándose tan monumental obra, a las órdenes de Juan de Herrera, tanto en España como en las cortes europeas se decía que el, aun Imperio español se iba a arruinar. Como parece que a los españoles basta que nos toquen un poco la moral para que saltemos, pues el rey, cuando concluyeron las obras, ordenó poner tejas de ORO MACIZO dispersas por el Monasterio. Evidentemente, ese oro se fundió. Pero aun hoy, según la posición tanto del sol como del observador, se pueden ver que hay muchas tejas brillantes.

Como digo, el Monasterio es el principal punto atractivo para el turismo. También merece la pena verse desde La Herrería, en un lugar llamado La silla de Felipe II, donde, según cuentan el mismo rey veía cómo avanzaban las obras del Monasterio. La Leyenda Negra asegura que el Príncipe Don Juan, hijo de Felipe II, que se rebeló contra su padre, esta emparedado, por orden real, en alguna parte del Monasterio... pero de eso, aun no se ha podido demostrar nada, ni como cierto ni como falso. Quienes sí están enterrados son todos, o casi todos, los monarcas españoles.

Intenté hacer fotos dentro de la Basílica. Como es lógico, no dejan usar flashes. Y las fotos salieron demasiado oscuras. Intentaré iluminarlas, pero no respondo de la calidad de las mismas.

Sólo me resta añadir que la música que estás escuchando es el concierto para piano número 21 de Mozart. Si te gusta, bájalo de aquí

 

 

Llegamos a la estación, a primera hora de la mañana

Nadie en los andenes. Era sábado y ya se sabe: la gente no madruga

De la Estaciïón, nos fuimos a San Lorenzo, o Escorial de Arriba. A la derecha, el Real Coliseo Carlos III, -antiguo cine Lope de Vega- donde en la actualidad se representan tanto obras de teatro como conciertos

Justo enfrente del Real Coliseo, está el Conservatorio de Música

 

 

 

 

Dentro de los jardines del Conservatorio, nos encontramos con este hombre, hecho de latas, tumbado en el sofá.

 

 

 

 

Con un tema recurrente sobre el medio ambiente, estas dos calaveras.

 

Vista parcial de la plaza ajardinada que une las calles del Rey con la de Floridablanca, donde nos encontrábamos.

 

 

 

 

A estas horas, las 10 de la mañana, recién regada la plaza, y con tan poco público, se estaba muy bien.

 

 

 

 

De Floridablanca, bajamos por una calle con mucha pendiente, al Monasterio.

 

 

 

 

El Monasterio fue construido por Juan Herrera, y las casas de alrededor del Monasterio fueron posteriores, pero imitando muy bien el estilo arquitectónico de Herrera. Todo El Escorial está bajo la protección de Bellas Artes.

 

 

 

 

Vista de la carretera que circunda el Monasterio.

 

 

 

 

Si lo pudiéramos ver desde el aire, observaríamos que los cuatro vértices del Monasterio son torres como esta, y en medio surge la cúpula.

 

 

 

 

Seguimos el giro, en busca de la entrada de la Basïólica

 

 

 

 

Una de las calles que bajan de Floridablanca al Monasterio, con unas esculturas en el centro.

 

 

 

 

Alguien se dejó olvidado el cubata J

 

 

 

 

Vista de la lonja y la montaña de San Benito, al fondo

 

 

 

 

Aunque las nubes se cernían sobre la mañana, no nos llegó a llover. Sin embargo, su media luz daba un aire más intimista a esta zona.

 

 

 

 

Otra vista más de la calle que separa el Monasterio y su lonja de las casas de alrededor.

 

 

 

 

Debido a la presencia de las nubes, parecïóa por el nivel de luz que estaba amaneciendo, pero ya eran las 11 de la maïóana.

 

 

 

 

Vista lateral de la puerta de entrada a la Basílica.

 

 

 

 

Ante la puerta de la Basílica. Si observamos bien la fachada, vemos que las columnas en realidad forman una parrilla invertida

 

 

 

 

Nada más cruzar la puerta que hemos visto, nos encontramos entre los muros del Patio de Los Reyes. No son de reyes españoles, sino bíblicos. Y son un total de seis.

1.    Josafat: además de ostentar el cetro en la mano derecha, como todos, lleva en la izquierda un hacha y tiene junto a sí un cordero

2.    Ezequías: porta una nave y tiene junto a él un macho cabrïóo

3.    David: tiene un arpa que apoya en el suelo y una espada

4.    Salomón exhibe un libro en su mano izquierda

5.    Josías: lleva el cetro en la mano izquierda y el Libro de la Ley en la derecha

6.    Manasés lleva una escuadra y un compás

 

 

 

 

 

Como advertí al principio, dentro no dejan hacer fotos con flash. Y la cámara tampoco tenía mucha sensibilidad a la poquísima luz interior. Este pasillo es el central, que da acceso al altar mayor.

 

 

 

 

Cuando llegamos, habïóa algunos curiosos paseando. Incluso, luego, llegïó un grupo de turistas.

 

 

 

 

Cuando hay Misa Mayor, o tambiïón durante la Semana Santa, en la parte superior canta un coro de voces masculinas que resulta impresionante.

 

 

 

 

Entre sombras, podemos ver el altar mayor y, justo encima, un cuadro representando el martirio del Diacono oscense, San Lorenzo... que, como sabes, fue condenado a morir asado en una parrilla.

 

 

 

 

Cuando llegó el grupo de turistas, alguien echó una moneda y se encendieron las luces que iluminan todo el Altar Mayor. De frente, hay, arriba del todo, que no ha salido en la imagen, un Cristo crucificado con San Juan y María. Debajo, tres cuadros que, de izquierda a derecha, representan la Ascensión de Cristo, la Asunción de la Virgen y Pentecostés. Los de más abajo son dos escenas de la Pasión de Cristo, con el martirio de San Lorenzo en el centro. En los laterales, hay figuras humanas en actitud orante, mirando hacia el altar: son reyes españoles.

 

 

 

 

Ignoro autor y fecha, y también si tanto cautivaron las maravillas de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina o es que, más bien, era algo muy habitual en la época... Como fuere, el caso es que también el techo de la Basílica del Monasterio esta con pinturas. Yo no entiendo mucho de pintura, pero por las fotos que he visto de la Capilla Sixtina, diría que el autor de estas pinturas imita, cuando menos, a Miguel Ángel.

 

 

 

 

En verano, durante las fiestas del Santo, aquí se pueden escuchar conciertos de órgano y de campanas. En los conciertos de órgano, suele observarse un hecho curioso: algunas notas agudas se las puede ver rebotar en la pared de enfrente. Nunca he estado en un concierto de campanas... Sin embargo, me imagino que la acústica tiene que ser maravillosa, pues San Lorenzo de El Escorial está en la falda de Abantos, y este monte hace de caja de resonancia.

 

 

 

 

Además del Altar Mayor, siguiendo el perímetro de la Basílica hay varios altares más pequeños. Algunos, como el de la foto, con estatuas; otros con cuadros. Este era el único que estaba iluminado. Además, por dentro, había obras.

 

 

 

 

Por fin salimos de la Basïólica y decidimos seguir camino. Este carrito de helados es un recuerdo perenne de mi infancia.

 

 

 

 

Poco a poco la gente empieza a salir y San Lorenzo se despereza...

 

 

 

 

El grupito que se ve al fondo son invitados a una boda, que se celebraría en el Monasterio

 

 

 

 

Al otro lado del Monasterio, -el Jardín de los Frailes- este estanque con su cisne deslizándose suavemente por la superficie de sus aguas.