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Despertar
a la nueva luz, abrir
los ojos de par en par ante
un sol incipiente sin
miedo a la claridad. Dejar
atras amarguras viejas, sepultar
bajo montanas horas
de infortunio y desesperanza que
jamas han de regresar. Levantar
un vuelo sin fin, caminar
sin perder la estrella por
el sendero radiante abierto al
goce de la paz. Ahuyentar
trasnochados temores, apartar
tormentas y borrascas que
amenazan al corazon y el
alma quieren ahogar. Remontar tiempos perdidos, escuchar en la voz del viento la vieja cancion de ayer con
ansias de manana. Despertar,
si, despertar de una
vez y para siempre. C. Alarcon, 30 de agosto de 1986 |
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