|
13.
VEN... Ven, en esta manana
otonal a
vagar por senderos desnudos y caminos ebrios de humedad. La
suave dulzura nos aguarda para acariciar con
imperceptible mano las
heridas que llevamos dentro. Dejemonos guiar por su
tenue luz y todo nuestro ser
vibrara quedamente en
el ensueno dorado de las hojas muertas. La tibia lluvia borrara
en su caida recuerdos de un antano
desdichado y
hara brotar un clamor de esperanza. Ven; su brazo nos
envolvera con una mirada de ternura
y carino que
podremos reconocer sin esfuerzo. Seguiremos su rastro de
sombras mas alla de cerros y
llanos y
descubriremos nuevas veredas. Abramos el corazon de par
en par ante este otono amigo
fiel y amante sincero que nos ofrece todo su calor intenso. Perdamonos
en su callada intimidad y
dejemos que su dulce aliento nos
embriague de hondo y sentido placer. Madrid,
19 de noviembre de 1983. |
|