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Tarde gris de abril, primavera
vestida de nubes. Hondo suspiro de soledad nacido
entre recuerdos. Horas de lento caminar en
monotono silencio. Se muere muy despacio, sin
prisa marcando compas. Torbellino de escenas que
acuden al alma. Heridas de antano que
tornan a abrirse. Senderos de sombras gemidos
del viento. Triste cancion de amor evocada
en la noche. Ojos anegados en llanto que
a la luz se ocultan. Nunca me veras derramar
una lagrima. Madrid, 16 de abril de 1983 |
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