����
���� Por fin... Por fin llego la hora...
El
alcaide me ha mandado llamar...
Me
devolveran mis cosas y mi anorado tesoro:
Porque
ya he cumplido mi condena,
Porque
ya he concluido mi temporada aqui.
Volvere
a la calle, volvere a los campos.
���� Un gran amigo me espera fuera,
Con
una amplia sonrisa en los labios.
Me
siento aguila real que sobrevuela
Altos
cerros y hace su nido en elevadas cumbres.
Sentire
en mi rostro el aire helado
De
las nevadas montanas...
Levantare
mi vaso de vino para brindar
Por
todos aquellos que aman la libertad,
Por
todos aquellos que aman la verdad.
���� Dire mi adios mas
alegre a los muros,
Mientras
una pequena melancolia me llenara
Cuando
del castano aquel me tenga que separar.
Pues,
entre todo, recordare mi estancia
Como
una muestra real de la debilidad humana.
Porque
es vano despreciar por ser debiles,
Porque
es insultante despreciar por no ser fuertes.
���� Caminare junto a mis recuerdos
Por
los senderos que la vida brinda...