IV Parte

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���� Por fin... Por fin llego la hora...

El alcaide me ha mandado llamar...

Me devolveran mis cosas y mi anorado tesoro:

Porque ya he cumplido mi condena,

Porque ya he concluido mi temporada aqui.

Volvere a la calle, volvere a los campos.

���� Un gran amigo me espera fuera,

Con una amplia sonrisa en los labios.

Me siento aguila real que sobrevuela

Altos cerros y hace su nido en elevadas cumbres.

Sentire en mi rostro el aire helado

De las nevadas montanas...

Levantare mi vaso de vino para brindar

Por todos aquellos que aman la libertad,

Por todos aquellos que aman la verdad.

���� Dire mi adios mas alegre a los muros,

Mientras una pequena melancolia me llenara

Cuando del castano aquel me tenga que separar.

Pues, entre todo, recordare mi estancia

Como una muestra real de la debilidad humana.

Porque es vano despreciar por ser debiles,

Porque es insultante despreciar por no ser fuertes.

���� Caminare junto a mis recuerdos

Por los senderos que la vida brinda...