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XVIII. MIENTRAS DORMIAS
Esta noche, mientras dormias, mi alma alada surcaba la
madrugada en raudo vuelo hacia tu lecho. En la penetrante quietud de
tu habitacion, mi amor se posaba sobre tu
cuerpo atrapando los mas bellos ensuenos. Abri la ventana de tu corazon
a las mas hermosas melodias que de las sombras manaban. Cada melodia servia de marco a una dulce historia de amor, que ambos viviamos intensamente. Maravillosa y magica
coreografia de musica y sentimientos
engarzados danzaban en las horas plenilunadas. Mientras dormias
placidamente, un torrente de suenos te
enviaba imaginando que te llegaban. Madrid, 18 de noviembre de 1995 |
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