Yo tambien tuve un amor imposible,
en las sombras de la nada se difuminaron,
a mi alma prendieron fuego
regandose con lagrimas de impotencia.
Amores marchitos al poco de nacer
envueltos en impenetrable silencio
sin que ni el rocio de la madrugada
los llegara tibiamente a humedecer.
Amores que perturban noches
y que apenas el alba asoma,
con el primer rayo del naciente sol
en la luz pierde su intensidad.
Yo tambien tuve amores imposibles
y hoy, en el otono de mi vida,
guardo apenas un rinconcito para sonar.
Yo tambien tuve amores imposibles,
nombres para musitar en el silencio,
rostros que hoy solo son vagos recuerdos.
Madrid, 18 noviembre de 2008
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