Bailan las sombras
en el ocaso,
bailan las luces en el atardecer,
y alla donde el mar se pierde
una estrella naciendo esta.
Ven conmigo, a
disfrutar
de esta primavera naciente.
Mira los eriales convertidos
en prados de intenso verdor.
Deja que el sol te
vista con su luz
y cubra con su calor tu cuerpo,
bane tu corazon de dulce sentir
y amable sonrisa en tu rostro.
Ven, vamos, sin
pensarlo mas
alla donde el cielo es mas azul,
vertice sin fin de la belleza
plenitud del alma esperanzada
Y mientras, bailan
las sombras en el ocaso,
siguiendo el ritmo inefable de tu caminar,
mientras mueren por quererte alcanzar.
Madrid, 20 mayo, 2007
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